miércoles, 8 de diciembre de 2010

La navidad no es color rosa

De niña amaba la navidad.
De joven seguía amando la navidad.
Ahora de adulta, la navidad ha cambiado de sentido, y es que a diferencia de antaño, hoy sé que la navidad no es rosa.

Los colores tradicionales de la navidad: verde, rojo y blanco: esperanza, alegría y pureza, son más una imposición cultural que una verdad consensuada. El comercio es quién más disfruta de la navidad, junto con los niños que aún se sienten fascinados por su colorido, los regalos, las luces y el ambiente de abundancia, fiesta familiar y dulces.

Pero la navidad es mucho más que regalos. Es incluso, mucho más que la conmemoración de la natividad del niño Dios. La navidad es un alto en el camino, un respiro, en el que antes de iniciar un nuevo año nos cuestionamos nuestro papel en el mundo y revisamos (discretamente), si nuestra alma ha practicado el suficiente amor para salvarse a sí misma.

La navidad no es color rosa... si somos sinceros hay demasiado dolor envuelto entre sus colores: las ausencias son más sentidas, la soledad es recalcitrante y pretendemos disfrazarlo con la alegría del vino, el placer de la comida y la compañía de la familia a la que fuera de ese día, no visitamos nunca.

La navidad para el alma en pena es la época más difícil de todas. Es el momento que eligen los fantasmas de las (felices) navidades pasadas para atormentarnos con la nostalgia y la maldición del "si hubiera". Por algo durante la navidad hay más suicidios.

Pero tengamos esperanza y formemos parte de la fiesta. Seamos el brazo extendido que acoge y alimenta, seamos la sonrisa que conforta y recibe con amor al recién llegado. Seamos el corazón "acompasado" con el latir de los otros, que remedia el sufrimiento, la soledad y da consuelo.

Seamos como niños... porque la navidad no es rosa; es verde, es rojo y blanco, como la inocencia de la víctima que espera lavar con su sangre, todas nuestras iniquidades.

Seamos como niños en navidad: fascinados, alegres, jubilosos y siempre optimistas.

Feliz Navidad, mo gradh, que te sea leve.