miércoles, 26 de mayo de 2010

Confusión

¿Cómo comenzar a describir lo que sucede en esta casa?
todas las noches comienza una rídicula comedia, en la que nadie ríe y mañana, excepto yo, nadie recuerda.
Tú mente se nubla con moléculas de amoniaco,
miras con los ojos exorbitados, confundido, de un lado a otro,
mientras tus brazos cuelgan de tus hombros, sin ánima, exangües, débiles... tan débiles...

Aún recuerdo cuando me casé contigo: alto, fuerte, robusto, alegre, risueño y con bromas inteligentes.
Hoy me miras como si estuvieras oculto en el fondo de tu mente, con cara lacia, bromas crueles y tontas y has adelgazado tanto que pueden contarse tus huesos.

Me siento increíble y profundamente triste.
Siento una pena terrible por tí, mi amor, mi compañero
te me mueres y yo no puedo hacer nada.

¡qué estúpida es la vida a veces!, cuando hace 9 años nos prometimos amor fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, jamás imaginé que nuestra vida sencilla se complicaría tanto.

"Es una enfermedad devastadora", me dijo ayer mi hermano, el médico.
Y vaya que te ha devastado esposo mío. Ni siquiera había concebido lo horrible que sería tu suplicio. Y hoy lloro por tí amor, porque apenas comienzo a vislumbrar tu terrible dolor.

No eres ni por asomo lo que fuiste; eres una sombra parecida a él, a mi novio, que me desconoce y me agrede. Sólo por las mañanas te veo relativamente lúcido, aunque lento, y veo como el nitrógeno te intoxica lentamente durante el día, para convertirte por las noches en un Sr. Hyde enojado y rabioso.

Tengo mucho dolor porque te veo sufrir. Quisiera en verdad poder consolarte.
Y es que estás tan sólo mi amor, tan solo...

Sólo pido a Dios paciencia para vivir contigo y amarte mucho. A tu lado casi nada me queda. No hay amor, sólo compañía y mucha confusión. Tengo los sueños rotos y el futuro me parece terrible. No quiero vivir sino sólo el presente, contigo, lo más lúcido posible. Tengo miedo. Mucho miedo, Sin tí, ¿a donde iré?

Paciencia amor, porque tu cuerpo está cambiando; y con él tu alma... Dios quiera que pierdas la conciencia antes de que te des cuenta de tu locura y que no te fijes en el daño de tu cuerpo, porque poco a poco te estoy perdiendo... te desvaneces... mi compañero.

sábado, 8 de mayo de 2010

No te preocupes, ocúpate...

Las horas caminan, mientras que yo, que debería correr, no he iniciado siquiera el viaje.

Tengo el corazón apachurrado, porque como dice mi hermana Coque, ¡la vida apesta!
Y es que siempre hago a un lado la cara para no percibir el hedor,
lleno mi vida de actividades y compromisos, para no reconocer mi cansancio y mi hastío
me tapo los ojos para no mirar mi vejez, escondo mi corazón maltrecho en un pedazo de pan...

La vida se escurre y yo sigo sin hacer nada
La nada se acerca y se carcajea de mí, porque el tiempo se acaba y no le logrado nada de lo que me había propuesto.
La vida es absurda si no se tiene un objetivo... y yo perdí el rumbo hace mucho y busco metas en la religión, la familia, el trabajo, pero ninguna nace de mí.

He cambiado ¡tan poco!!!, "en esencia no cambiamos, seguimos siendo los mismos", me dijo un amigo hace tiempo; pero la realidad es que la mayoría de nosotros somos ¡tan distintos! a como éramos hace una década, que al vernos nuevamente somos irreconocibles, irreconciliables y terriblemente aburridos...

Quisiera cambiar de nombre, cambiar de ciudad y cambiar mi cosmovisión. Como dijo mi hermano, soy "axiológica" ¡que aburrida!, necesito algo de pecado, menos dolor y más diversión.

Estoy cansada de cargar mi cruz. Estoy cansada de perdonar siempre. Estoy harta de sus quejas, críticas y guerrillas. Si tan sólo no creyera tan firmemente en lo que creo, huiría de regreso a mi desierto, a mis cerros grises y agua del Nazas. Si tan sólo no amara como amo...

El continuo pensar en el futuro me ha impedido entender y remendar mi presente. Corporalmente vivo al día, mientras que mentalmente me sitúa una década de años en el futuro.
Tengo miedo del futuro. Me he creado un mundo de fantasía al que corro casi a toda hora, para vencer el temor, para motivar mis días en camino hacia un futuro promisorio... ¿pero qué tengo ralmente? sólo fastidio, dolor, muerte y enfermedad (en ese orden)... y la promesa de un cielo que dudo a veces, llegar a ver.

La vida apesta Coquetín!!, tienes mucha razón en ello... curioso es que lo digas tú, la más alegre, la más candorosa y una de las mujeres más inteligentes que conozco.

Hermana, amiga, niña-anciana-sabia del mundo y destructora de todas las cosas... te extraño tanto, tanto... ojalá y estuvieras aquí, para que me consueles.