que mis ojos, necesitándolo, no pueden cerrarse.
La imaginación activa es tu arma más certera
y mis pensamientos se suceden en desorden interminable.
El pasado vuelve a presentarme una paradoja,
¿Para qué tanto amar si nos vuelve vulnerables?
¿Pero para que vivir si no se ama bastante?
¿Porque temer que el amor se acabe si ciertamente acabará?
La muerte poderosa e inerme al sufrimiento
es la única promesa que cierto se cumplirá,
pero vivir o morir es irrelevante en uno mismo,
cuando la amenaza se cierne sobre quien se ama.
Tú te apoderas de mí por algo que aún no sucede,
y yo no tengo el valor para esperar sin noticias;
¿qué haría sin tí, amor, si tú te fueras?
La respuesta la sé porque lo viví antes...
Dios quiera librarme de ese tormento
porque la muerte del amor ¡me aterra!.
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