Padre mío que estás conmigo, en y fuera de mí,
Santo eres, Santo tu nombre y todo lo que proviene de ti
enseñoréate del mundo entero; estoy bajo tu dominio;
Haz de mí lo que quieras, aunque yo no pueda entender las razones
Dame un poco de ti, pan de vida, que conforte mis horas amargas y alumbre mis días felices
Perdóna mis errores y ofensas, voluntarios e involuntarios, al igual que yo olvido aquellos que me han ofendido; dispuesta estoy a perdonar.
Líbrame Dios de las tentaciones, pero sobretodo, cuídame de hacer el mal
Y concédeme la paz y el consuelo de hacer lo correcto.
Acompañados ó en solitario, en lugar conocido ó desconocido, siempre habrá veces que nos sentiremos extraviados, pero nunca estamos solos. La vida es el Gran Torbellino, donde los espíritus afines algunas veces se encuentran.
martes, 1 de septiembre de 2009
Pater Noster
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