¡Hey! ¡Amigo!
Por otra parte, el “Amigo”, es ¡otra cosa!. La amistad, a mi juicio, tiene varias partes. De forma similar al proceso que sigue una pareja de enamorados que termina en el matrimonio y una vejez plena, la amistad tiene diversas etapas:
1) El Chispazo. Aunque hay excepciones, cuando las partes tienen algún prejuicio inicial ó simplemente la empatía del primer contacto es negativa, ó bien la amistad nace del compañerismo, “Las Partes” sienten desde el primer momento una mutua curiosidad. Esta curiosidad no se ve satisfecha hasta que comienzan a hablarse, a intercambiar ideología ó gustos y de ahí puede ó no, nacer la ADMIRACIÓN; ingrediente clave para una amistad duradera.
2) El “Noviazgo+Amistad= ¿Amistazgo?”. De forma similar a la relación de pareja, entre los amigos se da una etapa en la que ambos quieren estar uno con el otro la mayor cantidad de tiempo posible. Sea que vayan a hacer ejercicio juntos ó a hacer las compras, ó intenten reunir a las parejas de ambos para “extender” la amistad (rara vez funciona). No son raras las largas conversaciones, las desveladas, las escapadas que fomentan la complicidad y en el caso de las mujeres, las cartas, los regalos y las piyamadas. Por supuesto, en esta etapa tormentosa, los amigos no pueden escaparse de algunas amenazas: los celos de las parejas en turno, las ocupaciones individuales que no compaginan en horarios, los chismes y rumores, las nuevas amistades, la rutina y la pérdida de interés en los temas de conversación, entre otras. Esta etapa, dependiendo de la calidad de obstáculos que la amistad haya tenido que enfrentar, puede durar uno ó varios años. ¿Cuándo termina? ¡cuando los amigos ya no sienten la necesidad de verse todo el tiempo!!!, entonces se convierte en la búsqueda de un “tiempo de calidad” en lugar de “tiempo en cantidad”. Los amigos se sienten más seguros de los mutuos sentimientos e incluso pueden dedicarse a tener otros amigos más, porque se sabe que la amistad entre “Las Partes”, es “de la buena”.
Si los amigos sobreviven al “amistazgo”, ¡ya casi la hicieron!, porque sigue:
3) La Amistad Duradera: Esta amistad nace después de un largo y tormentoso “amistazgo”. La amistad ha echado raíces profundas y ni los cambios de domicilio, cambios en los husos horarios ó el paso de los años pueden dañarla.
El verdadero puedes reconocerlo porque es en quién se confía y se espera.
El amigo duradero no es el que pasa más tiempo contigo… sino el que disfruta contigo cada momento que pasan juntos: lo goza, lo recuerda y lo atesora. Es capaz de sacrificar la entrada a un concierto por acompañarte, incluso en aquellos momentos en que tú no eres una buena compañía.
Es alguien con quién te gusta estar, con quién te gusta compartir y ¡es más!, ¡a quién esperas con impaciencia el momento de volver a verlo y conversar!.
El amigo auténtico nunca es superficial. No teme a la intimidad, ni a la confianza absoluta.
Es una persona hacia la que te abres y puedes esperar que te retroalimente, te matice. Te acepta como eres, aún y a pesar de tus defectos y contradicciones..
Tu verdadero amigo es leal. Te defiende ante los demás e incluso a veces te defiende de ti mismo… es capaz de luchar contra ti, de pelear contigo si ve que estás equivocado ó te encuentras en peligro. Si caes, tu amigo te levanta y si no puedes levantarte, te cargará hasta donde puedan prestarte auxilio. Cuidará tus heridas y dará incluso su sangre si lo necesitas. Si te dormiste bajo su cuidado, ten la certeza de que cuando despiertes, él seguirá allí.
Un amigo es con quién te sientes en libertad de ser tú mismo. No te juzgará, mucho menos te condenará.
EEs una persona a quién respetas y de quién valoras su opinión y no temes que se marche cuando lo contrarías. Es alguien de quién no esperarás nunca un golpe, a quién no podrías tenerle miedo (aunque quieras), porque sabes que te ama profundamente y que no te lastimará a sabiendas.
El verdadero amigo está contigo SIEMPRE, aunque estés en el hospital, en la cárcel, en el velatorio ó estés en tu peor momento de egoísmo y amargura. El amigo real sufre contigo, llora contigo, se alegra contigo y ¡hasta se enamora contigo! (¡ojo!, se enamora contigo, no de ti… aunque a veces pasa). Tus enemigos son sus enemigos y tus amigos son los suyos.
El verdadero amigo no tiene miedo. Porque sabe que está contigo.
Tu amigo real, el de a de veras, te acompaña en el camino y aunque se desvíe de cuando en cuando sabes con certeza que volverá con alegría a contarte su aventura.
El verdadero amigo es más que hermano de sangre, es un hermano escogido.
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