martes, 15 de marzo de 2011

Dicen

Dicen que tengo que seguir adelante.
Dicen que debo aprender a vivir para mí, ser feliz y comenzar de nuevo.
Dicen que es lo que tú hubieras querido...
que decías que yo era muy inteligente y que sabría vivir sin tí.

Dicen que no es fácil, que deberé sufrir un buen tiempo.
Dicen que debo amarme más a mí, reconocer que sufro y vivirlo,
ó de lo contrario el dolor se fundirá con mis huesos y me amargará para siempre.

Dicen que debo "fluir como el río" ó mejor dicho "como el Arroyo",
reflejar el cielo, aún el de tormenta, las estrellas (cuando finalmente encuentre la calma) y dejar que otros seres sedientos se acerquen a mí, me beban y me consuman.

Dicen que debo dar cobijo a nuevas ilusiones y nuevos sueños; que debo hacer las cosas que me gustan para encontrar cuál es mi nueva misión en mi vida.
Algunos otros dicen que precisamente la misión como objetivo claro, no existe en la vida. Existe la pasión por una idea ó una tarea y que su realización constituye en sí misma "la misión"...
Dicen que debo encontrarme a mí misma primero, para después tener la posibilidad remota de encontrar el sentido de mi vida, que sobra decir, ahora no tiene sentido alguno.

Dicen que todo pasará, que nunca te olvidaré, pero dejarás de doler.
Dicen que todo esto es necesario... que debo aprender una lección y crecer.
Dicen que cuando me ven a mí, te ven a tí y eso debe motivarme a rehacer mi vida, para que tú sigas viviendo a través de mí.
Dicen,
Dicen,
Dicen...

Y yo creo que es cierto todo eso que dicen. Creo que estoy aquí por alguna razón y que saldré adelante.

Pero en este momento no me importa ni lo que dicen, ni lo que creo.
Sólo sé que quisiera morirme y fugarme contigo. Morar juntos en otro sitio, donde puedas continuar riéndote conmigo y de mí. Donde podamos acompañarnos, como lo pensamos cuando nos casamos, "hasta que se vayan todos", de esta fiesta sin tregua, a veces trágica y otras placentera, a la que llamamos "Vida".

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